Epílogo: Más Allá de los Montes
- Garbi De Vries

- 4 ago 2024
- 2 Min. de lectura
"🌄 Al final de nuestro viaje, nos detenemos en un mirador, contemplando el camino recorrido y los montes que aún nos llaman a explorar. Este epílogo es una reflexión sobre las lecciones aprendidas, la belleza encontrada en cada paso y el arte que hemos tejido con nuestras experiencias. Acompáñame en estas últimas líneas, un canto a la vida y al incesante deseo de ir más allá, siempre más allá. 🌅"
Más allá de los montes, el horizonte llama,
en el eco de un viaje, la vida se derrama.
Cada paso, una historia; cada gesto, un arte,
en el lienzo del mundo, nuestra huella se parte.
Hemos danzado con sombras, abrazado la luz, y en el
silencio hallamos melodías que inducen.
El arte, nuestro puente; la vida, nuestro mar,
en esta travesía, aprendimos a volar.
Más allá de los montes, aún hay caminos por andar,
en el viaje de la vida, el arte nos guiará.
Reflexión: "📜 En el epílogo de nuestro viaje, hemos contemplado la vastedad de lo que queda por descubrir y lo mucho que hemos aprendido. Este poema es un recordatorio de que, aunque un viaje pueda terminar, el deseo de explorar y crear permanece, impulsándonos hacia nuevos horizontes. La vida y el arte, en su eterna danza, nos invitan a seguir adelante, buscando siempre aquello que yace más allá. ¿Qué horizontes sueñas con explorar? 🚀"
Crepúsculo de los Senderos: Una Reflexión desde las Alturas
Aquí, en el crepúsculo de nuestro viaje, nos detenemos en la cima de la contemplación, bajo el cielo que se despliega con la promesa de un nuevo día. Ante nosotros, el paisaje se extiende más allá de los confines de la mirada, y cada monte, cada valle cubierto de bruma, nos invita a seguir adelante.
Desde este mirador, donde el sol se funde con el horizonte y baña el mundo en oro y sombras, reflexiono sobre el camino que hemos recorrido. Ha sido un sendero tejido con las lecciones de la vida, marcado por encuentros que han grabado en nuestra alma el arte de la existencia.
Este epílogo es un canto a lo vivido y un susurro hacia lo que aún nos espera. 'Acompáñame', parece decir cada rayo del sol que se despide, invitándonos a no ver el final del día como un adiós, sino como la promesa de nuevas aventuras.
Miramos hacia los montes no como barreras, sino como invitaciones a descubrir, a aprender y a experimentar aún más la vastedad de este universo. Aquí, al final de nuestro recorrido, cada paso no es un eco de lo que termina, sino el latido vibrante de lo que está por comenzar. Aquí, donde el cielo y la tierra se abrazan, cada despedida es un preludio a un nuevo despertar.





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