Reflexión bajo la Lluvia: Gotas que narran historias, el cielo y la tierra conectando.

El cielo, en un gesto de generosidad,

abre sus compuertas, y la lluvia desciende,

cada gota, un eslabón entre dos mundos,

un puente sobre el abismo del silencio.

Las gotas caen, narradoras incansables

de historias antiguas y promesas futuras,

susurros del cielo en su viaje hacia la tierra,

transformando el aire, el suelo, la espera.

En el sonido del agua contra el suelo,

se oyen ecos de conversaciones pasadas,

diálogos entre las raíces y las nubes,

un intercambio de vida, de sustancias sagradas.

Miro hacia arriba, rostro expuesto a la lluvia,

y siento la conexión, el ciclo inquebrantable,

cómo el cielo se derrama para tocarnos,

cómo la tierra lo recibe, agradecida, insaciable.

Bajo la lluvia, el mundo se transforma,

se diluyen las barreras, se suavizan los contornos,

todo se vuelve una danza de rejuvenecimiento,

un ritual de purificación, un momento de aliento.

Y en esta reflexión bajo la lluvia, comprendo

que cada gota que toca mi piel es un mensaje,

un recordatorio de que estamos tejidos

en la vasta trama de la existencia, sin margen.